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Música, emociones y neurociencia

Música, emociones y neurociencia: cómo la música nos hace sentir y nos une socialmente

música en el alma

Todos sabemos cómo la música nos crea emociones, pero todo esto está conectado íntimamente con nuestro cerebro. Hay una frase que deja reflejado esto, que fue dicha por Stefan Kolesch: ‘Somos criaturas musicales de forma innata desde lo más profundo de nuestra naturaleza’. Y es que la música y las emociones están conectadas y la neurociencia nos lo explica para que lo entendamos aún mejor.

La música une a las personas y desata emociones en todo el planeta. Si escuchas música te darás cuenta cómo sientes y cómo se evocan emociones dependiendo de la música que estás escuchando. La música puede hacerte sentir feliz, neutral o triste, dependiendo del caso y de los recuerdos que tengas asociados a esa música en concreto.

Nada tiene más impacto sobre el cerebro que la música

La música afecta a la memoria, al movimiento, a las emociones… lo afecta prácticamente todo porque la música es muy importante para las personas, en todos los sentidos. ¿Hay alguna parte del cerebro que no está influida con la música? Los músicos cuando crean música lo coordinan con sus movimientos y son capaces de generar actividad emocional dependiendo de lo que está componiendo. Las personas cuando componen música en común disfrutan y se comunican unos con otros, haciendo que el cerebro humano se comprometa enormemente.

música en el cerebro

El mundo de la música parece que está dirigido por las emociones más que las emociones estén dirigidas por la música. El reconocimiento de las emociones en la música puede ser universal, una misma canción puede despertar el mismo reconocimiento en diversas personas, incluso aunque su cultura sea diferente. Se reconoce gracias a la tristeza que provoca la canción o la alegría. Se puede reconocer la emoción de la pieza en cuestión gracias a que las emociones son universales en todo el mundo. Todos sabemos reconocer las emociones.

Las canciones pueden contagiarnos alegría, buen humor o tristeza y melancolía. La música es una sucesión de señales acústicas que llegan a nuestro cerebro. En el cerebro esta música se codifica y se da significado, y también se le asocia una emoción que nos hace sentir en un momento determinado. El cerebro involucra a las emociones en el reconocimiento de la música para poder hacer que ese sonido sea algo comprensible para nosotros.

La música y el cine

La música es una guía que ayuda a resaltar las emociones para el espectador. La música ayuda a que el espectador sepa si viene un susto, si una persecución es trepidante, etc. Ayuda al espectador a situarse en una escena y sentir la emoción que la película quiere transmitirse y que se realice un clima concreto. Puede hacer que una persona sienta si va a pasar algo malo en la película o si es algo bueno, como una situación romántica.

La música mueve las emociones en las películas y las personas son capaces de situarse en el clima cinematográfico dependiendo de la música. El cerebro le da sentido a esa música y sabe lo que puede pasar, sintiendo lo que ocurre en la escena.

música y emociones

El cerebro necesita patrones para entender el entorno

El cerebro necesita patrones para entender el entorno y darle sentido generando expectativas. Nuestros antepasados utilizaban estas reglas del sonido para salvar la vida. Si no hubieran reconocido que el ruido entrañaba peligro, es probable que hubieran sido comidos por los depredadores. El ruido nos ayuda a entender y la música puede ayudarnos a entender el entorno y las emociones.

La música también puede ayudar a modificar el estado de ánimo. Si estás triste puedes poner música que te anime o si estás muy alterado, hay música que te puede tranquilizar, porque la música tiene la capacidad de cambiar el estado de ánimo. La música es poderosa a la hora de activar las estructuras emocionales en el cerebro.

La música es capaz de evocar el núcleo mismo, es decir, el núcleo de las estructuras cerebrales para nuestras emociones. La música puede ayudar a pacientes que tienen trastornos en sus estructuras cerebrales y que tienen que ver con las emociones, como la depresión, la ansiedad, abusos, trastornos de estrés postraumático, etc. La música también puede ser una terapia.

Los niños autistas y la música

Los niños autistas pueden escuchar y entender la música de la misma forma que los niños no autistas, es decir, sienten la música igual que cualquier otra persona que no tengan el Trastorno del Espectro Autista. Aunque no hay estudios suficientes para afirmar esto, lo que sí es cierto es que estos niños pueden tener un gran interés por la música y es más fácil comunicarse con ellos a través de la música más que con el lenguaje verbal.

La música puede transmitir información como lo hace el lenguaje, pero aún se está trabajando qué instrumentos podrían transmitir emociones. Es una forma divertida de experimentar y reconocer las emociones, es un trabajo que aún se está llevando a cabo pero que es muy interesante para que los niños aprendan a poner palabras a las emociones. Esto es indispensable también para los niños autistas.

sentir la música

La música y el impacto social

La música es capaz de unir a unas personas con otras, es la magia de la música. La música despierta funciones sociales cuando se hace de manera conjunta. Las personas somos seres sociales que nos necesitamos unos a otros para poder evolucionar y desarrollarnos. Necesitamos un comportamiento social con otros individuos y con la música se pone en marcha todas estas funciones sociales casi de manera innata.

Las experiencias emocionales hacen que las personas se sientan más felices cuando la música está por medio. La música potencia la cohesión social, nos hace unirnos y sentirnos mejor con los demás, confiamos más el las demás personas gracias también, a la música.

Hay sociedades sin escritura pero ninguna sin música

La música forjan lazos sociales, las melodías nos unen, compartimos estados emocionales y fomentan la cooperación. Se utilizan para solucionar diferencias entre personas, al escuchar música se activan zonas del cerebro que se encargan de la imitación y la empatía. Son las zonas donde están las neuronas espejo y sentimos el dolor, la alegría o la tristeza de los otros, así como imitar sus acciones.

La música nos toca las emociones porque nos permite compartir sentimientos con los demás. Los seres humanos nos unimos desde siempre para bailar y escuchar música. De hecho, no hay una celebración donde no exista música para disfrutar todos juntos.

Fuente: Redes ‘Música, emociones y neurociencia’

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